Una espectacular fortaleza de piedra, construida en el siglo XI, domina el paisaje de la ciudad escocesa de Edimburgo.
Una espectacular fortaleza de piedra, construida en el siglo XI, domina el paisaje de la ciudad escocesa de Edimburgo. El llamado ¿castillo? fue residencia real hasta 1603, cuando Inglaterra, Irlanda y Escocia se unificaron bajo el poder de un solo monarca, conformando el Reino Unido. Después se convirtió en un fuerte militar provisto de una amplia guarnición. Aunque en la década de 1920 las tropas fueron retiradas, aún cuenta con una discreta presencia militar y es un exitoso museo de sitio, tal vez el mayor atractivo turístico de la ciudad.
Algunos lo consideran también el lugar donde los fenómenos sobrenaturales de la región son más frecuentes.
EL AUTOR: ANTONIO CENIZA
©CENIZA777
La historia detrás del Castillo de Edimburgo
La mayoría de los lugares antiguos están tan llenos de historia como de espectros que quedaron atrapados en sus pasillos, pero sin duda alguna, el Castillo de Edimburgo es uno de los más famosos en este sentido.
Este conocido Castillo, construido en el siglo XII, está erigido sobre una roca de origen volcánico. En él ocurrieron numerosas intrigas, traiciones, muertes y episodios bélicos. Un ejemplo de ello fue la invasión inglesa ocurrida en el año 1437, en los años posteriores también ocurrieron varias batallas cercanas a las inmediaciones del Castillo.
Para el siglo XIX las bóvedas del Castillo fungieron como celdas para numerosos prisioneros y muchos de ellos perdieron sus vidas en estos recintos. El Castillo de Edimburgo también fue escenario de la muerte de varias mujeres que fueron acusadas de brujería y quemadas vivas como castigo.
Este castillo es uno de los más importantes en la historia de Escocia. En él se albergan joyas de la corona escocesa. Su vista es inigualable. Se construyó sobre el tapón de un volcán extinto, del cual se estima que tiene 350 millones de años. De acuerdo a estudios arqueológicos, la zona fue habitada sólo por comunidades. No hay referencias del lugar en el que se construyó, sino hasta el año 600 D.C.. El poema galés Y Gododdin menciona Din Eidyn, la fortaleza de Eidyn y se asumió que éste habla de la roca volcánica en la que mucho después se construyó el castillo.
La primera mención sobre un castillo en Edimburgo se remonta a Juan de Fordun, quien decía que la viuda del Rey Malcolm III, Santa Margarita de Escocia vivía en el Castillo de las Doncellas, a donde se le anunció la muerte de su esposo en 1093, muriendo ahí pocos días después. La crónica de Fordun fue escrita en el siglo XIV, la historia más cercana al tiempo de Margarita por el obispo Turgot, quien nunca menciona un castillo. Sin embargo, durante el reinado de los hijos de Malcolm, el Castillo de Edimburgo se convirtió en un centro importante para la realeza. El Rey Edgar murió ahí en 1107.
Para el Rey David I (1124-1153) fue un lugar importante para llevar a cabo sus reformas administrativas. Se tiene documentado que dos edificios del castillo extistieron durante este periodo. De estos, la Capilla de Santa Margarita se conserva. Posteriormente, el Rey Malcolm IV fue quien más vivió en el castillo. Pero en 1174, el Rey William “El León” fue capturado por los ingleses frmando el Tratado de Falaise con el cual obtenía su libertad, pero entregaba varios castillos, entre ellos el de Edimburgo, el cual fue ocupado por los ingleses durante 12 años.
(FOTOGRAFÍA SUPERIOR: Capilla de Santa Margarita)
Después de las guerras de independencia escocesas, David II volvió al trono reconstruyendo el castillo, el cual fue su lugar de reinado. La Torre de David se comenzó a construir en 1367, aún no se concluía cuando David murió. Fue Roberto II de Escocia quien la completó. La torre en donde hoy en día se encuentra la Batería de Media Luna y estaba conectada por una cortina con la Torre menor Constable, construida en 1375 donde la Compuerta esta ahora.
A principios del siglo XV, hubo otra invasión Inglesa. El asedio alcanzó al castillo. Desde 1437, Sir William Crichton fue el guardián del castillo y pronto se convirtió en Canciller de Escocia. En un intento por obtener la regencia, Crichton trató de quitarle poder a la familia noble Douglas. William Douglas de 16 años y su hermano menor, David, fueron convocados al Castillo de Edimburgo en 1440. Después de la llamada “Cena Negra” en la Torre de David, los dos jóvenes fueron asesinados ante los ojos del Rey James II.
Durante este periodo se construyó lo que hoy se conoce como el Crown Square, también surgieron recámaras reales y un gran salón. Durante el siglo XV, el castillo se convirtió en una fábrica de armamento. Después de distintas guerras con los ingleses, el castillo fue reconstruido por el Regente Morton.
(FOTOGRAFÍA SUPERIOR: Crown Square)
En los años posteriores se suscitaron algunas batallas cercanas al castillo, algunas de ellas impactaron un poco en él. Para el siglo XIX, las bóvedas del castillo se convirtieron en prisiones. En 1811, cuarenta y nueve reos escaparon por un hoyo en una de las paredes del sur del castillo, lo cual hizo pensar a las autoridades que el lugar ya no era una buena prisión, por lo que este uso terminó en 1814 y se consideró como un monumento nacional. En 1818, Sir Walter Scott entró al castillo para buscar la “Corona de Escocia” que se creía perdida. Entró a un salón sellado, ahora el Crown Room, en el cual halló un cofre, al abrirlo encontró las Joyas de la Corona Escocesa, las cuales fueron puestas al público.
(FOTOGRAFÍA SUPERIOR: Joyas de la Realeza Escocesa)
El Rey George IV visitó Edimburgo convirtiéndose en el primer monarca en visitar el castillo después de Charles II en 1651. Posteriormente, en 1830, el castillo fue abierto al público. La Capilla de Margarita fue redescubierta en 1845 y utilizada como tienda. Se hicieron distintas remodelaciones al castillo en los años subsecuentes. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, el Castillo de Edimburgo fue utilizado como prisión nuevamente.
Después de una bélica historia detrás del Castillo de Edimburgo, sus visitantes han reportado sucesos paranormales en el lugar. A pesar de que el Ministro de Defensa indica que sus hombres nunca han reportado un hecho durante los 30 años de cuidar el castillo, varias investigaciones han arrojado que el recinto puede estar ocupado por siete o más fantasmas.
Almas en pena
Con todos estos sucesos no es de extrañar que el Castillo de Edimburgo sea uno de los lugares más embrujados del mundo entero. Uno de los vigilantes del lugar aseguró haber visto a un hombre sin cabeza que camina por el lugar tocando su tambor. También se dice que las veces que el Castillo ha sido atacado, aparece la figura fantasmal de un niño e inclusive también aparece el espíritu de un perro guardián.
Algunos turistas también afirman haber observado el espectro de una mujer en la explanada donde se quemaban a las brujas. Las almas en pena de los prisioneros que murieron en ese lugar también hacen sentir su presencia constantemente. De hecho, uno de los lugares más aterradores son las bóvedas del Castillos, si escuchas con atención podrás oír los lamentos y sufrimientos de quienes perecieron allí.
Muchos otros fantasmas habitan en las habitaciones y pasillos del castillo, algunos de los más famosos son una anciana, una misteriosa mujer vestida de negro, Jack, el zapatero feliz y “Mr. Boots”, éste último ha sido visto por numerosos turistas. Se trata de un hombre que aparece vestido con una gran capa azul oscuro, sombrero y botas de cuero, tiende a bloquear la salida a quienes lo ven y deja en el ambiente un fuerte olor a whisky.
En 2001, como parte del Festival Internacional de la Ciencia en Edimburgo, Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire, organizó una expedición de 10 días con 249 voluntarios. En grupos de 10 personas y provistos del equipo científico adecuado para registrar los fenómenos físicos asociados a la supuesta aparición de fantasmas, ingresaron a los espacios más recónditos del inmueble. Tras la estadía los participantes mencionaron diversas experiencias significativas, como súbitos descensos en la temperatura, imágenes fugaces de personajes envueltos en sombras, la sensación de que alguien los observaba, hormigueo y ardor en distintas partes del cuerpo; la percepción de tirones y de que alguien les tocaba la cara.
Wiseman, conocido por su postura escéptica, declaró: Los acontecimientos que ocurrieron aquí en el curso de los últimos 10 días resultaron ser mucho más extremos de lo que habíamos previsto?. El experto consideró que los reportes pudieran ser las reacciones psicológicas de cualquier persona enfrentada a una situación riesgosa o atemorizante; sin embargo, algunos detalles lo intrigaron.
Los reportes de anomalías fueron más frecuentes en determinados puntos del castillo, con mayor actividad sobrenatural registrada. Los participantes no estaban advertidos de ello.
Sin lugar a dudas, el Castillo de Edimburgo tiene la historia suficiente para ser considerado uno de los lugares más terroríficos y embrujados del mundo entero. ¿Crees en fantasmas?
10 CURIOSIDADES DEL CASTILLO DE EDIMBURGO:
1. El espionaje de la realeza del siglo XV se llamaba Laird’s Lugs
Aunque no tan sofisticadas como las historias de espionaje que salpican las noticias hoy en día, en el siglo XV los monarcas ya contaban con técnicas efectivas para aguzar el oído y recabar información.
En el castillo de Edimburgo, al rey Jacobo IV no se le escapaba nada gracias a las Laird’s Lugs (Lord’s ears, es decir, «las orejas del rey»), una pequeña apertura en la pared de piedra que comunicaba con el Gran Salón del Castillo y le permitía escuchar, sin ser visto, las conversaciones que allí tenían lugar durante las reuniones importantes.
Cuentan que siglos después, cuando el ex presidente soviético Mikhail Gorbachev preparaba su visita al Castillo en 1984, el KGB pidió que los Laird’s Lugs se tapiaran por razones de seguridad.
2. Todos los días a la 13:00 se dispara el One o’clock Gun
Si estás paseando por Edimburgo y de repente te sorprende un estruendo, lo más probable es que sea el One o’clock Gun, un cañón que se dispara a la una en punto desde el Castillo.
El sonido retumba por toda la ciudad todos los días, excepto los domingos, el día de Navidad y Viernes Santo.
El origen se remonta a 1852, cuando en Calton Hill, en el monumento a Nelson, se instaló una bola del tiempo que caía a diario a la 13:00 para que, al verla desde las aguas del fiordo de Forth, los marineros ajustaran los cronómetros.
Sin embargo, en Edimburgo es muy típica la niebla procedente del mar (el haar), que impedía la visibilidad muchos días.
Así que, en 1861, para acompañar la señal visual de Calton Hill, comenzó a dispararse el One o’clock gun, todo un clásico edimburgués que puedes presenciar en directo en el Castillo.
3. Las mascotas de los soldados tienen su propio cementerio
Uno de los rincones más curiosos de la fortaleza es el cementerio de mascotas, una pequeña terraza repleta de tumbas que puedes contemplar desde arriba.
Se creó en 1840 para que los soldados pudieran enterrar a sus mascotas, en especial perros, en las épocas en las que el Castillo estaba aislado del exterior.
En Escocia solo existe otro cementerio de mascotas de militares, que se encuentra en Fort George, cerca de la ciudad de Inverness.
4. En el castillo vivió un elefante
En 1838, el regimiento nº 78 de Highlanders regresó de Sri Lanka con un animal singular en latitudes escocesas: un elefante.
En esa época, por desgracia, era habitual que se aprovechara la fortaleza de esos animalescon propósitos militares.
Los Highlanders lo adoptaron como mascota y decidieron que viviera en el castillo de Edimburgo con ellos, pero la historia no acaba aquí.
Si preguntas a los guías del Castillo, te contarán que el elefante y su cuidador acudían a la cantina, tragaban litros y litros cerveza y luego se echaban a dormir en los establos.
De esta historia han sobrevivido tan solo un boceto que dibujó un vecino de Edimburgo, con el elefante y el regimiento seguidos por un grupo de niños, y unos cuantos dedos del pobre animal, ambos expuestos en el National War Museum, dentro del Castillo.
5. La capilla de St Margaret es el edificio más antiguo de Edimburgo
La capilla de Santa Margarita se construyó alrededor de 1130, y no tan solo es el edificio más antiguo del Castillo, sino también una de las estructuras más ancianas de la ciudad.
Cuando no acoge bautizos o bodas, puedes entrar en la pequeña nave y disfrutar de unos instantes de paz.
Santa Margarita se convirtió en la reina de Escocia en 1070, tras su boda con el rey Malcom III. Era una mujer muy devota, y si visitas la ciudad y la abadía de Dunfermline, donde reposan sus restos, podrás trazar su obras e historia.
Años después de su muerte, su hijo, el rey David I, decidió alzar la Capilla de Santa Margarita en el castillo de Edimburgo en honor a la reina.
Con los años cayó en el descuido, la estructura sufrió daños y se olvidó, aunque en el siglo XIX se restauró. A las partes originales de estilo románico, como el arco, se le han sumado otros detalles modernos, como las cristaleras.
6. Prohibido el paso a estudiantes supersticiosos
Como a toda fortaleza con siglos de historia a sus espaldas, al castillo de Edimburgo no le falta una buena colección de leyendas estremecedoras, como la del Gaitero Solitario que merodea por los túneles sin encontrar nunca la salida.
También hay lugar para supersticiones. Una de las más conocidas advierte a los estudiantes de la ciudad de que, si cruzan las puertas del Castillo antes de graduarse, tendrán mala suerte en los exámenes.
Si estás estudiando en Edimburgo y no visitas el Castillo, seguro que no es por superstición, sino por el precio de la entrada.
Pero, por si acaso, también dicen que frotar el dedo del pie de la estatua de Hume, en la Royal Mile, trae buena suerte en los estudios.
Así que, si quieres equilibrar la balanza, en cuanto salgas del Castillo hazle una visita a Hume: ¡seguro que la combinación de historia y sabiduría no falla!
7. La Piedra del destino ha protagonizado coronaciones, chantajes y hurtos
Unos de las piezas clave que alberga el castillo de Edimburgo son los Honores de Escocia (la corona, el cetro y la espada del estado), las joyas que se utilizaban para coronar a los reyes escoceses.
Junto a ellas se expone, en el Royal Palace, la Piedra del destino, o Piedra de Scone, considerada una reliquia de gran simbolismo.
Durante siglos, la piedra presenció la coronación de los monarcas de Escocia, hasta que, en 1296, el rey inglés Edward I la incorporó a su trono, iniciando así una afrenta política entre ingleses y escoceses por su control.
Algunas historias aseguran que, en esa época, la Piedra del destino se ocultó y se intercambió por otra, algo posible si tienes en cuenta que en realidad es, a pesar de su valor simbólico, tan solo un bloque de piedra arenisca.
Verídico o no, lo cierto es que siguió protagonizando peripecias. El día de Navidad de 1950, cuatro estudiantes escoceses irrumpieron en la abadía londinense de Westminster y robaron la codiciada piedra para devolverla a Escocia, con la mala suerte de que, mientras la trasladaban, cayó y se partió en dos.
Tras varias andanzas por el Reino Unido, finalmente la depositaron en la abadía de Arbroath bajo la custodia de la iglesia escocesa, quien la retornó a Westminster. A este insólito episodio se dedicó incluso una película, Stone of Destiny.
Los escoceses tuvieron que esperar hasta 1996 para que el gobierno inglés devolviera la Piedra de Scone a su tierra. Hoy en día puedes verla en el Castillo: solo lo abandonará el día en el que se corone un monarca en la abadía de Westminster.
8. Cientos de ‘brujas’ murieron quemadas en la explanada
Desde 1563 hasta 1722, se estima que en el lugar que hoy ocupa la explanda del Castillo se quemó a más de 200 personas por brujería, en especial mujeres.
Edimburgo fue la ciudad con más ejecuciones por brujería de Escocia: la mayoría de supuestas brujas morían estranguladas antes de que las quemaran en la hoguera en Castlehill.
En recuerdo a las víctimas, en un rincón de la explanada se instaló el Witches’ Well (El pozo de las brujas), una pequeña fuente cuyas figuras grabadas simbolizan la dualidad entre el bien y el mal.
9. Aquí nació el primer rey de escoceses e ingleses
El 19 de junio de 1566, la célebre reina escocesa Mary Queen of Scots (María Estuardo) dio a luz a su único hijo, Jacobo IV, en una de las habitaciones del Castillo.
Un año más tarde, Mary fue encarcelada y obligada a abdicar en favor del pequeño, que con un año fue proclamado rey de Escocia.
En 1603, se dio la circunstancia de que la última Tudor, Isabel I, murió sin descendencia. Dado que Jacobo descendía del rey Enrique VII de Inglaterra a través de Margarita Tudor, se lo proclamó entonces rey de Inglaterra e Irlanda.
Así fue como, durante 22 años, Jacobo VI y I rigió Escocia, Inglaterra e Irlanda. A partir de entonces, los monarcas comenzaron a reinar de manera conjunta en todos los territorios.
A pesar de que por el Castillo han pasado varios monarcas, la mayoría ha vivido en el palacio de Holyrood, en el otro extremo de la Royal Mile, donde todavía hoy se aloja la familia real cuando visita Edimburgo.
La residencia es menos elevada, menos fría y no está tan azotada por el viento como la roca del Castillo.
10. Desde lo alto del Castillo, puedes ver todo Edimburgo
Es cierto, esta última no es una curiosidad como tal. Pero no le haríamos justicia al castillo de Edimburgo si no termináramos el artículo con estas preciosas vistas de la ciudad (sin duda, es uno de los mejores miradores de Edimburgo).
Hombres de Negro 2×31 : Crimen Ritual y Rito Criminal con Manu Carballal – CDMN – Misterio Pixelado – Realidad Subjetiva.EN MI SECCIÓN REALIDAD SUBJETIVA CON ANTONIO CENIZA OS HABLO DE: LUGARES EMBRUJADOS: EL CASTILLO DE EDIMBURGO Y 10 CURIOSIDADES, minuto: 88:30 o 1:28:30
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