Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, durante la etapa de la «Guerra fría», los líderes de la U.R.S.S. temían, sobre todas las cosas, un ataque nuclear. Este temor les llevó a la construcción de búnkers, algunos de los cuales puedes visitar si vas a Moscú y, aunque no se ha podido probar, a la construcción de una línea secreta de suburbano: el llamado Metro-2.
EL AUTOR: ANTONIO CENIZA
©CENIZA777
El Metro nº2 de Moscú: La línea secreta
La construcción de este segundo metro, de funcionamiento paralelo al primero, fue presuntamente iniciada por Stalin. El nombre que le daba la KGB en clave era D-6. En diversas ocasiones se ha preguntado a los responsables del metro de Moscú por esta secreta línea de metro y ellos, curiosamente no han afirmado ni negado.
Esta línea alternativa se habría construido para facilitar la comunicación y proteger la vida de las personas de alto rango del Gobierno de la extinta URRS. Uniría el Kremlin con el aeropuerto gubernamental, con el Servicio Federal de Seguridad y con una supuesta ciudad subterránea llamada Ramenki, entre otros lugares vitales para el gobierno del país. Ante el temor de un ataque nuclear se construyeron refugios-búnkers para los gobernantes dentro y fuera de la ciudad, y una linea de metro especial para trasladarlos y poder moverse entre los centros de mando que quedarían bajo tierra.
Esta obra, nunca confirmada oficialmente, sería iniciada por órdenes del todopoderoso Stalin y tendría un nombre en clave para la KGB: D-6. Forma parte del imaginario popular ruso y ha tenido reflejo tanto en videojuegos como en la novela «Metro 2033» y en su película homónima. Curiosamente, preguntados expresamente por ello, los altos responsables del sistema de metro de la ciudad ni lo han confirmado ni lo han negado nunca.
La línea uniría el Kremlin con diversos lugares de importancia estratégica: el aeropuerto de Vnukovo, el Servicio Federal de Seguridad, una presunta ciudad subterránea secreta denominada «Rámenki» (centro de mando militar situado debajo de la ciudad del mismo nombre), y otros lugares de importancia vital para la Unión Soviética. Junto a ello, todo un complejo de búnkeres tan secretos que siguen sin poder ser visitados alojarían a los gobernantes y militares de alta graduación fuera y dentro de la ciudad.
Las razones que hacen creer a los moscovitas en la existencia del Metro-2 deberían hacernos pensar. Además de que existir operarios que afirman haber trabajado en ella, se pueden ver en la ciudad salidas de ventilación y registros como los utilizados por las líneas convencionales y alejados del trazado oficial. Igualmente, en las propias estaciones habituales hay muchas puertas y escaleras que no deberían conducir ningún sitio y lo más interesante: podrían haber circulado unas fotografías tomadas en el Kremlin en los 70 en las que se observaría una galería abierta exactamente igual a las utilizadas para la construcción del metro que podemos utilizar todos los días.
En teoría este Metro-2 es más grande que el ya de por si gigantesco sistema público de Moscú y operaría entre los 50 y los 200 metros por debajo de superficie. Eso es lo que afirma un grupo de exploradores organizados y especializados en misterios de la Guerra Fría que se dedica activamente a localizarlo y que nos habla de una enorme puerta bloqueada que no tiene acceso a nada que se encuentre en un plano oficial situada entre las estaciones de Universitet y Sportivnaya en un ramal que ya no se utiliza. Sin embargo las pruebas que parecerían demostrar la existencia de este sistema de transporte oculto de manera más verosímil son las declaraciones de ex-espías soviéticos y altos funcionarios que en declaraciones fuera de cámara parecen haberlo confirmado, quitándole importancia.
FDO: ANTONIO CENIZA
BLOG LEYENDAS DEL MUNDO:
https://www.russiapassion.com/
https://paracontarenlacena.blogspot.com/
https://mundo.sputniknews.com/